viernes, 22 de agosto de 2008

Fallas del sistema que reconfortan el alma


El otro día, estaba mensajeando con mi novia por el celular, mi teléfono anda con ciertos problemas técnicos, al parecer tengo algún problema de configuración que ya no sé como resolver y el mensaje se envió equivocado a otra persona.
Ese día yo estaba realmente disgustada y con miles de cosas en la cabeza, pero esa es otra historia que quizás cuente en otro momento. Luego de enviar el mensaje recibo otro en el que comunican que me equivoqué, imagínense la vergüenza que pasé, pues esa otra persona está dentro de mis contactos aunque la relación que mantenemos es simplemente “laboral” por llamarla de algún modo.
Luego de disculparme, otro mensaje; ni siquiera ella fue quien me contestó sino su novia que tenía el teléfono en ese momento, pero como son las cosas y a raíz del mensaje que yo había enviado esta chica mantiene una conversación conmigo y me empieza a dar ciertos consejos de cómo tomar la vida.
Es increíble como en algunas ocasiones alguien desconocido te puede sacar de un problema, o si al menos no te saca, lo alivia. A veces es tan reconfortante hablar con “ajenos” que no están parcializados con ninguna parte, solo le “sueltas” y te escuchan, y claro, te aconsejan según sus propios puntos de vista sin estar involucrados afectivamente con nadie, realmente me sentí bien, aliviada y le agradezco a esta persona por escucharme, por quedarse y por haberme hecho reír en ese instante.
A veces uno se siente incomprendido, las relaciones interpersonales son complicadas, y las de pareja, lo son en extremo, por momentos no ves el fondo o simplemente no ves. Esta chica me hizo ver el fondo y aunque no fue una conversación muy profunda (No son necesarias todo el tiempo) sirvió para darme cuenta de algunas cosas en las que yo no había caído, y solo puedo llegar a una una conclusión:
las personas ajenas pueden llegar a ser extremadamente sabias.

2 comentarios:

Catalina Zentner Levin dijo...

Gnóstica, pueden hacerlo porque están distantes del núcle del problema, lo ven desde la otra vereda y por eso pueden emitir juicios sensatos.

Te dejo mi abrazo, mis recuerdos del Paraguay tienen mucho que ver con los prejuicios y contradicciones que mencionas.

Gnóstica dijo...

Catalina: La verdad es que en este país hace falta una apertura en todos los sentidos, comenzando por la mentalidad de la gente, que al final viven en una represión constante de los instintos ... pobres... realmente una de las pobrezas mas tristes que hay en el ser humano es la pobreza del espíritu... Y sí, es cierto lo que dices sobre las personas ajenas, son pragmátias, y a veces uno necesita un poco de pragmatismo para poner los pies en tierra... Gracias por tus comentarios, siempre es grato tenerlos por acá, muchos abrazos,
Gnóstica