jueves, 21 de agosto de 2008

El destino de la fuente (EPÍLOGO)

Marcela acaba de graduarse, su excelente promedio la ubica en un lugar muy favorable para un buen empleo, por fin, su sueño hecho realidad.
Se viste para ir a la Graduación que será en unos minutos, tocan a la puerta, abre, mira a su alrededor… nadie. Cuando se dispone a cerrar la puerta observa algo en el suelo, es un libro, se agacha… su corazón no resiste, vuela, brinca… Sale al pasillo como en estado de delirio, corre de una esquina a la otra, vuelve a mirar el libro que ahora estrecha contra su pecho “Poemas escogidos de Safo”
- No puede ser – Se dice a sí misma – Debo estar soñando o es demasiada coincidencia.
- No lo es – Dice una voz a sus espaldas, Marcela se paraliza, se voltea lentamente y parada frente a ella la ve, no es un sueño, no es el agua de la fuente lo que siente, es ahora una realidad, la realidad que más esperó en todos estos años. Camila está algo distinta, parece mas madura, y bueno ella también, claro, pasaron los años para ambas, aunque no muchos pero los necesarios para notar la diferencia. Los ojos de Marcela se llenan de lágrimas, los de Camila ya están inundados.

Se abrazan, se sienten, se olfatean, todo en medio del pasillo, con la gente pasando, no es problema ahora, ahora solo quieren tenerse, besarse, ya sufrieron bastante por cuenta de otros, ahora ya no más, ahora son las dos, nuevamente… sin ataduras esta vez. Así que Marcela olvida la graduación y Camila el cansancio del viaje, se aman, se aman por todos los años de ostracismo, por todos los momentos de nostalgias, apenas recuerdan como actuar y ríen de aquella vez, la primera, y ríen de lo que sucedió entonces, y lloran por los infelices del mundo que no entienden esta forma de amar, pobres, pobres… y se siguen amando, una y otra vez… y vuelan…

Hoy, Marcela y Camila siguen juntas, y nunca han dejado de volar; aun con dificultades; aun con incomprensiones (A veces entre ellas mismas); aun con criterios disímiles (A veces entre ellas mismas); aun cuando pensaron que no rebasaban una crisis (Pues claro que tuvieron muchas crisis); aun contra la “autonomía social” y sus preceptos; aun en contra de los que no las entendieron; aun cuando quisieron ser infieles, aun cuando lo fueron; aun cuando pensaron que era hora de salirse, aun así, siguieron juntas; porque por encima de las incomprensiones, de las crisis, de la sociedad y de sus preceptos, de lo infiel o no que pudieron haber sido, estaban ellas. Estaba todo lo que significaba lo vivido; el camino increíble; los estados anímicos compensados; la risa de una, el silencio de la otra; estaba la determinación de querer tener esa vida y no otra; de llevarse de la mano en cualquier circunstancia; estaban las dos, por encima de Hambre en África, de la Carrera Armamentista, de las Guerras Biológicas y de la caída de las Torres, solo ellas, para ellas y ante el mundo. Por encima de todo, y a veces… hasta por encima de Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso relato!!!! Muy delicado, una manera muy sutil de exponer tus vivencias, tal parece que lo vivis, y contame, sos alguno de los personajes? Camila o Marcela? porque de la forma que lo narras asi parece. saludos

Gnóstica dijo...

Anónimo: Este relato es completamente de ficción, aunque sí, supongo que haya llevado parte de mis vivencias a él, casi siempre sucede con los que escribimos, pero solo en parte pues la trama en sí es ficción 100%, me alegro que te haya gustado, saludos para ti también,

Gnóstica