Fue hace una semana, quizás una y media, aproximadamente. Yo iba caminando hacia mi casa, de pronto un niño de tal vez 13 años me detiene para pedirme algo de dinero. Me extrañó, se veía un muchachito de casa, no como aquellos que se les nota la pobreza hasta en el andar, no, este parecía un niño acomodado, fino, se notaba en sus modales, en su manera de procurar, de hablar.
Por temor a un mal uso de la moneda (Típico es que un niño de esa edad piense por estos días en drogarse) le pregunté para que quería dinero, y más aun viéndole la apariencia, pues no parecía necesitarlo a juzgar por mi ojo.
No quería incurrir en facilitarle dinero para su tan temprana autodestrucción. La droga, sobre todo lo que acá se usa como droga (A la única que los niños pueden tener acceso al menos) es esa Cola de Zapatero a base de bencenos e hidrocarburos tóxicos, se me cae la mirada cuando veo a un niño quemando esa lata y olfateando. Una persona adulta puede hacer lo que quiera con lo que gana, gastar en lo que se le antoje, y somos suficientemente grandes y racionales para saber lo que nos conviene, podemos fumar Marihuana, consumir Heroína, no sé, embriagarnos hasta más no poder, fumar cuatro cajetillas de cigarrillos al día… pero un niño no, tenía que asegurarme de las verdaderas intenciones que movían a este muchachito a pedir dinero en la calle a una total y completa desconocida.
Fue entonces que me miró, sus ojos parecían humedecerse y llevé una de mis manos a su cabeza – ¿Qué pasa mi niño? – :
Su madre le había echado de casa, después de una discusión fuerte con su padre y a raíz de él tomar partido en esta pelea fue expulsado, no me contó en detalle, pero parece que salió en defensa de su madre, cosa que al padre pareció no gustarle en absoluto y ahí su propia madre le expulsó, no sé, no entendí muy bien, tal vez ella no quería que el marido se exaltara más aún, tal vez el marido estaba ebrio y esta fue la vía que encontró para salvar a su hijo de aquella escena, pero de igual modo... a veces no pensamos en las repercusiones que pueden traer nuestros actos, a veces queriendo hacer un bien herimos a las personas que más amamos y queremos… aunque (Repito) no puedo decir que fue lo que pasó aquí porque simplemente desconozco la historia, hablo solo de lo que supongo que pudo pasar.
De igual manera no creo que la solución esté en echar a tu propio hijo de tan solo 12 o 13 años de edad a la calle, como si fuera un perro que puedes sacar y entrar de tu casa cada vez que te vengan ganas. Mi punto acá es preguntarme ¿Hasta dónde puedes llegar a ser una MADRE? Madre, esa palabra es tan amplia e implica tantas cosas que viendo el otro día un documental de “Animal Planet” me comencé a cuestionar el racionalismo humano, la sensibilidad de nuestro ser y los sentimientos de la procreación.
El niño, no me dijo su nombre, quería 1.000 Guaraníes para tomar un colectivo e ir a casa de un compañero – Igual después se volverán locos buscándome, siempre lo hacen – Me contestó al yo sugerirle que debía avisar a su familia hacia donde se dirigía o que en todo caso me podía decir a mi donde vivía para yo misma avisarles, ahí fue cuando caí en la cuenta de que no era la primera vez que esto pasaba, porque “Igual siempre le buscaban”. Me dio tanta pena, ¡Tanta!, que busqué en mi billetera más de lo que me pedía, pero no me dejó, me dijo que era suficiente para llegar a casa de su compañero con lo que pedía.
No puedo describir lo que me removió esto el corazón, sentí una enormes ganas de acompañarle, de sentarme con él y hablarle, que me hablara, de incluso llevarlo conmigo a mi casa hasta que pasara la tormenta en la suya y bajaran los ánimos de sus padres, sentí tantas cosas por este muchachito que aun no me explico cómo una madre puede tener estos tipos de actitudes, ¿Cómo? Si se supone que lo trae al mundo para guiarle, para amarle, ¿Cómo? Siendo parte suya, carne de su carne, sangre de su ser… ¿Cómo por Dios? si hasta yo, apenas conociéndole, ya le quería.
Era un niño con Ángel sí, con una Estrella sobre sus hombros, con un Aura intensa, y no me lo explico, ¿Dónde está la sensibilidad? comenzando por la de una madre y terminando por el resto de la humanidad ¿En qué nos estamos convirtiendo? ¿Qué queda de nosotros los seres "superiores"? No, no lo entiendo… la verdad no puedo entender cómo una Loba puede defender a sus crías con más fiereza que un ser humano.