lunes, 23 de febrero de 2009

LA MALDITA CIRCUNSTANCIA


El desencuentro puede tener varias explicaciones, para mí puede ser debido a pruebas que te pone el destino para el convencimiento de lo que sientes, puede ser una constante señal para hacerte entender si quieres perseverar en algo o no, generalmente cuando en tu vida se dan ciertos desencuentros pueden pasar dos cosas, la primera: que te des cuenta que quieres seguir luchando porque notas y sientes que es poderoso lo que llevas dentro, tanto que ni siquiera el desencuentro te hace desistir; y la segunda: que desistas; cuando pasa esta última simplemente, pienso yo, es porque lo que te removía o creías que te removía no valió de nada… yo me mantengo en la primera hoy por hoy.
Lucho, siempre me dijeron que era una luchadora sin descanso, que cuando me proponía algo iba hasta el fin si estaba plenamente convencida de ello. No puedo dejarme llevar por las puntadas del destino cruzada de brazos, no es ni mi naturaleza ni mi convicción de las cosas.
Por eso, estoy acá, tratando de imaginar qué prueba debemos seguir pasando; preguntándome a qué está pretendiendo jugar el destino, y qué papel estamos llevando en todo esto. La cuestión está en determinar y analizar si le vamos a seguir el juego o nos impondremos ante su reloj, ese implacable reloj que no se atrasa sino que por el contrario parece que cada vez anda más a prisa.
Cuestionándome si seguiremos tratando o desistiremos en el intento, no lo sé. Por momentos he pensado que lo más razonable es detenerse, viendo como detrás de un plan hay un “planchazo”, pero por otra parte se imponen mis ansias, esas que me llevan a ti aunque no estés, aquellas que me hacen decir tu nombre cuando no te encuentro, o las otras, las más libidinosas, esas que pronuncian mis arcos y hacen estallar los suburbios de mi carne, ¡OH esas!... las que te llaman a gritos cuando las invistes.
Sí, es difícil decir “basta” cuando el alma no entiende, cuando simplemente no puedes luchar contra tus designios, contra ti, cuando tienes la certeza de que matando los momentos te aniquilas a ti misma, sin derecho al perdón.
No, ambas lo sabemos bien, sabemos que cuando la fiebre está implícita es imposible detenerse, solo jugamos a la pausa, pero juego al fin, ¿Quién se lo cree? ¿Quién puede decirle que no a la vida más que en un juego? ¿Quién puede preferir estar muerto en vida si no está consciente de que solo está jugando? ¿Quién pone el freno? ¿Quién lo acepta? ¿Quién puede decirle “basta” a nuestro órgano vital? ¿Quién si solamente podemos andar, reír, ser, estar, con lo que nos hace latir el corazón?
¿Y quien? Dígame alguien… ¿Quién puede vivir sin al menos un latido?...

martes, 17 de febrero de 2009

LÁGRIMAS DE UN INOCENTE


Fue hace una semana, quizás una y media, aproximadamente. Yo iba caminando hacia mi casa, de pronto un niño de tal vez 13 años me detiene para pedirme algo de dinero. Me extrañó, se veía un muchachito de casa, no como aquellos que se les nota la pobreza hasta en el andar, no, este parecía un niño acomodado, fino, se notaba en sus modales, en su manera de procurar, de hablar.
Por temor a un mal uso de la moneda (Típico es que un niño de esa edad piense por estos días en drogarse) le pregunté para que quería dinero, y más aun viéndole la apariencia, pues no parecía necesitarlo a juzgar por mi ojo.
No quería incurrir en facilitarle dinero para su tan temprana autodestrucción. La droga, sobre todo lo que acá se usa como droga (A la única que los niños pueden tener acceso al menos) es esa Cola de Zapatero a base de bencenos e hidrocarburos tóxicos, se me cae la mirada cuando veo a un niño quemando esa lata y olfateando. Una persona adulta puede hacer lo que quiera con lo que gana, gastar en lo que se le antoje, y somos suficientemente grandes y racionales para saber lo que nos conviene, podemos fumar Marihuana, consumir Heroína, no sé, embriagarnos hasta más no poder, fumar cuatro cajetillas de cigarrillos al día… pero un niño no, tenía que asegurarme de las verdaderas intenciones que movían a este muchachito a pedir dinero en la calle a una total y completa desconocida.
Fue entonces que me miró, sus ojos parecían humedecerse y llevé una de mis manos a su cabeza – ¿Qué pasa mi niño? – :
Su madre le había echado de casa, después de una discusión fuerte con su padre y a raíz de él tomar partido en esta pelea fue expulsado, no me contó en detalle, pero parece que salió en defensa de su madre, cosa que al padre pareció no gustarle en absoluto y ahí su propia madre le expulsó, no sé, no entendí muy bien, tal vez ella no quería que el marido se exaltara más aún, tal vez el marido estaba ebrio y esta fue la vía que encontró para salvar a su hijo de aquella escena, pero de igual modo... a veces no pensamos en las repercusiones que pueden traer nuestros actos, a veces queriendo hacer un bien herimos a las personas que más amamos y queremos… aunque (Repito) no puedo decir que fue lo que pasó aquí porque simplemente desconozco la historia, hablo solo de lo que supongo que pudo pasar.
De igual manera no creo que la solución esté en echar a tu propio hijo de tan solo 12 o 13 años de edad a la calle, como si fuera un perro que puedes sacar y entrar de tu casa cada vez que te vengan ganas. Mi punto acá es preguntarme ¿Hasta dónde puedes llegar a ser una MADRE? Madre, esa palabra es tan amplia e implica tantas cosas que viendo el otro día un documental de “Animal Planet” me comencé a cuestionar el racionalismo humano, la sensibilidad de nuestro ser y los sentimientos de la procreación.
El niño, no me dijo su nombre, quería 1.000 Guaraníes para tomar un colectivo e ir a casa de un compañero – Igual después se volverán locos buscándome, siempre lo hacen – Me contestó al yo sugerirle que debía avisar a su familia hacia donde se dirigía o que en todo caso me podía decir a mi donde vivía para yo misma avisarles, ahí fue cuando caí en la cuenta de que no era la primera vez que esto pasaba, porque “Igual siempre le buscaban”. Me dio tanta pena, ¡Tanta!, que busqué en mi billetera más de lo que me pedía, pero no me dejó, me dijo que era suficiente para llegar a casa de su compañero con lo que pedía.
No puedo describir lo que me removió esto el corazón, sentí una enormes ganas de acompañarle, de sentarme con él y hablarle, que me hablara, de incluso llevarlo conmigo a mi casa hasta que pasara la tormenta en la suya y bajaran los ánimos de sus padres, sentí tantas cosas por este muchachito que aun no me explico cómo una madre puede tener estos tipos de actitudes, ¿Cómo? Si se supone que lo trae al mundo para guiarle, para amarle, ¿Cómo? Siendo parte suya, carne de su carne, sangre de su ser… ¿Cómo por Dios? si hasta yo, apenas conociéndole, ya le quería.
Era un niño con Ángel sí, con una Estrella sobre sus hombros, con un Aura intensa, y no me lo explico, ¿Dónde está la sensibilidad? comenzando por la de una madre y terminando por el resto de la humanidad ¿En qué nos estamos convirtiendo? ¿Qué queda de nosotros los seres "superiores"? No, no lo entiendo… la verdad no puedo entender cómo una Loba puede defender a sus crías con más fiereza que un ser humano.

lunes, 9 de febrero de 2009

LAS LESBIANAS DEFINITIVAMENTE IREMOS AL CIELO


Como había dicho en el Post anterior andaba un tanto ocupada tomando algunas vivencias para plasmarlas acá de manera sencilla y concreta, observaciones que me demostraron una vez más que “Las lesbianas definitivamente iremos al cielo”.

1ra. Escena: “En Defensa de los indefensos”
Viernes 30/01/09, Hora: 09:00 a.m.
Lugar:
Una Parada

Descripción del Hecho:
Espero mi colectivo para ir al trabajo cuando salgo en defensa de un niño de aproximadamente 3 años.
Su madre mientras caminaba junto a él iba golpeando su rostro de la manera más brutal imaginable.
El niño gemía y lloraba tapando con sus manitas su cara para evitar las bofetadas de la madre.
Le salgo al paso, le hablo a la mujer, le defiendo a su hijo cifrando miles de palabras y frases como “Esa no es la forma… si no le tienes paciencia para qué carajo lo trajiste al mundo”… a lo que la señora me responde algo en guaraní, supongo que me insultó porque solo llegué a entender “mba’e………. la nde asunto”.
No me importó, al menos me alivió el hecho de verlos alejarse sin que la señora le levantara más la mano a su criatura.
Nadie en la parada emitió ningún criterio.

Conclusión:
La lesbiana no soporta la injusticia y lucha para combatirla.

2da Escena: “S.O.S Embarazada”
Lunes 02/02/09, Hora: 06:00 p.m.
Lugar:
Colectivo

Descripción del Hecho:
Colectivo bastante lleno, hora pico.
Una embarazada a mi lado dando tumbos.
Hombres sentados sin inmutarse. Algunos supuestamente “dormidos”.
- ¿Nadie es capaz de darle el asiento a una embarazada? – Grito.
Todos me miran, incluida la embarazada, se levanta una señora, la detengo con la mano
- ¿Ningún HOMBRE es humanamente capaz de darle el asiento a una embarazada? – Grito más fuerte.
Se levanta un muchacho. Baja la vista – Perdón – me dice – No la vi.
Desaparece.
Se sienta la embarazada – Gracias –
- No tienes por qué – Le contesto.
El resto de los “hombres” no se atreven a mirarme, todos continúan con la cabeza baja. ¿Avergonzados? Ojala.

Conclusión:
Las lesbianas no pueden andar por el mundo sin condenar las miserias humanas.

3ra. Escena: “Mascota por accidente”
Día cualquiera, Hora: Desconocida
Lugar:
Se reserva

Descripción del Hecho:
Un cachorrito abandonado.
Una pareja de chicas le recogen y le llevan a su casa.
Las chicas ya tienen más de un perro así que buscan a quien dejárselo.
No encuentran ningún dueño para el cachorro, se lo quedan por un tiempo.
Siguen buscándole dueño sin suerte, se lo quedan definitivamente.

Conclusión:
Las lesbianas no pueden concebir la desprotección de ninguna especie.

4ta. Escena: “En ayuda del prójimo”
Sábado 07/02/09, Hora: 03:00 a.m.
Lugar: Nueva Disco Gay “Short Bus” situada en Mariscal Estigarribia y EE.UU (Sobre Mcal. Estigarribia)

Descripción del Hecho:
Salimos de la Disco a las 03:00 a.m. en dirección al auto.
Se escuchan gritos de mujer pidiendo socorro sin saber exactamente de donde provenían. Comenzamos a mirar de un lado a otro sin resultado hasta que divisamos un grupo de hombres que miraban y señalaban fijamente un lugar, todas nos miramos y salimos corriendo.
Llegamos a la escena (Bastante lamentable por cierto) un hombre “molía” a golpes a una mujer.
Observadores en la calle.
Corrimos acercándonos cada vez más… pasamos por el grupo de hombres observadores y les dediqué una de esas miradas con las que no tengo que hablar.
Seguimos de largo pues el problema ahora era tratar de detener a este sujeto y ayudar a aquella mujer.
Entre todas, vociferando y como pudimos apartamos a aquel monstruo, llamando a la policía, unas a gritos, otras por teléfono.
Con todo aquel despliegue el golpeador parece que se asustó y se apartó llorando (Si ahora llora el miserable).
La mujer seguía sangrando así que traté de detener un poco las hemorragias haciendo uso de algunos conocimientos de primeros auxilios.
Llegó la policía, una ambulancia y se llevaron a la señora.

Conclusión:
Nadie se inmiscuyó, nadie se inmutó, nadie más que el grupo lesbianas que ese día, por gracias a los astros, se encontraba cerca del lugar.

Ahora saquen ustedes sus propias conclusiones...

viernes, 6 de febrero de 2009

Un mensaje...


Hola a tod@s. Me han escrito algun@s amig@s preguntándome si estoy pensando no postear más, si por alguna razón he abandonado este pedazo de universo. La respuesta es NO, no he abandonado mi Blog ni lo pienso hacer, así que no se intranquilicen, el asunto es que estoy preparando un post y ando de observadora por el mundo... Mmmm, pronto estaré posteando algo sobre lo que me he detenido a observar por estos días, temas puntuales, otros no tanto, pero me está llevando un poco de tiempo sobre todo porque el trabajo me ocupa la mayor parte, a tod@s gracias por la preocupación y solo les pido que sean pacientes, que cuando menos lo esperen vuelve Gnóstica a hacer de las suyas. Les dejo el más grande y dulce de los besos hasta la nueva entrada…